¿Escuela de música o conservatorio?
Si a la hora de querer aprender música o a tocar un instrumento tu o tus hijos, no sabes si elegir una escuela de música o conservatorio, hoy te damos una serie de pautas y diferencias para que puedas tomar la mejor decisión y no perder tiempo, ni las ganas entre iniciarte a través de uno de ellos y darte cuenta de que no es el más adecuado para ti o tus hijos.
Una de las primeras cuestiones a valorar son las ganas, el talento y preguntarte si quieres desarrollar una carrera profesional como músico, simplemente disfrutar de tu afición o incluso valorar si realmente te gusta. En el caso de los niños es más difícil saber si realmente lo que le gustaría sería desarrollarse profesionalmente en este sector, por su corta edad, y para ello habrá que estar muy atentos, motivarles y ver cómo van evolucionando.
Otra cuestión que valorar también es el instrumento por el que sientes especial interés, porque en los conservatorios hay percusión, pero no específicamente la batería.
Diferencias entre conservatorio y escuela de música
Conservatorio:
Normalmente se le atribuye en mayor medida a los conservatorios el desarrollo de la profesión musical.
Para entrar en el grado elemental se necesita realizar unas pruebas de acceso, y dependiendo de la comunidad autónoma verás que hay unas limitaciones de edad para hacer estas pruebas que suelen ser entre 8 y 14 años.
Dentro del conservatorio, puedes alcanzar 3 grados que en total son 15 cursos: Elemental (4 cursos), profesional (6 cursos) y superior (4 o 5 cursos que dependerá de la especialidad que elijas). Si superas el grado superior equivale a una licenciatura.
La enseñanza se caracteriza por ser reglada y seguir un programa con una serie de horas a la semana donde el alumno aprenderá lenguaje musical, instrumento, educación auditiva y vocal.
Las clases son obligatorias.
Hay una serie de evaluaciones con calificaciones oficiales y que darán lugar al avance para conseguir tu título acreditativo.
Los estudios están centrados en los clásicos de la música como Bethoven y Mozart, entre otros.
Para pasar de un grado a otro tendrás que superar el grado anterior o realizar pruebas de acceso. En el caso del grado superior tendrás que tener el título de bachiller.
Escuela de música:
En este caso, se suele atribuir con las personas que quieren aprender a cantar o tocar un instrumento más por afición que por profesión.
Estas no tienen porqué ceñirse a un programa rígido por lo que son más flexibles que los conservatorios.
Adaptan y personalizan la enseñanza en función de la evolución del alumno.
No hay límites de edad, puedes empezar a la edad que quieras.
Puede acceder cualquier persona tenga o no formación musical o estudios básicos.
En contra de lo que todo el mundo piensa, en las escuelas de música si puedes obtener titulación en música moderna para guitarra tanto eléctrica como acústica, bajo, batería, piano, teclados y voz, siempre que la escuela esté asociada a Rock School Music como en Islamúsica.
Ofrecen actividades complementarias como combos de los alumnos (en Islamúsica lo llamamos «Conjunto musical «), que consiste en la interactuación entre alumnos de distintos instrumentos, que preparan y ensayan juntos algunos temas bajo la tutela de un profesor. Esta actividad mejora notablemente la motivación y entretenimiento en ellos, a la vez que el aprendizaje del instrumento.
De manera general, nos gustaría destacar que, en muchos casos hay personas que tras descubrir en la escuela de música un verdadero talento y pasión siguen estudios medios y superiores de música en el conservatorio para profesionalizarse. Por lo que no sería excluyente un método de otro.
Lo que sí, solemos ver en muchas ocasiones es que otras personas se decantan directamente por las escuelas de música por no poder acceder al conservatorio ya sea por edad, por la limitación de plazas y porque no quieren dedicarse tanto de manera profesional pero si disfrutar de poder hacer lo que le gusta.
Como conclusión y para finalizar, nos quedamos con que el conservatorio en contra de lo que se dice de manera general no tiene por qué ser el mejor método para iniciarse en la música.